Intuiciones y Buen Ojo

La intuición no es “tener un buen ojo” sino que implica una acción cognitiva (del conocimiento) de una agudeza tal que en la mayoría de los casos es certera.

La intuición es el “Insisnt” que en inglés se hace más explícito lo que es: “una visión interior”.
No es que siempre vivamos optando y viviendo de “intuiciones” sino que la intuición en si no es algo extraño, no, como si fuera de musa “inspiración del artista” sino que todos podemos abrirnos a la intuición o “conocimiento interior”.
La mayoría de las decisiones que tomamos son producidas por el inconsciente, por ejemplo, el que una persona haya elegido a otra para casarse es una decisión del inconsciente pues cuando uno comienza de dilucidar por qué escogí a fulano, en la mayoría de los casos uno se encuentra con que no tiene una respuesta que no sea la del afecto y toda decisión afectiva viene del inconsciente del conocimiento interior.

Grandes decisiones de empresarios…a los que se llama “golpe de suerte” “corazonada”, “olfato”, “buen ojo” son decisiones del inconsciente, son “conocimiento interior”.
El conocimiento interior no está en contraposición con el pensamiento lógico sino que la lógica, de hecho, nace del conocimiento interior.

La dimensión espiritual del ser humano es por tanto el “Centro del ser mismo”, lo relacional está en su conocimiento interior.

Este conocimiento interior “requiere”, necesariamente de equilibrio, dado que el fiel de la balanza de la persona en su punto de equilibrio es el que crea la posibilidad del conocimiento interior.
Cuando hablamos de discernimiento estamos hablando de ponderar, “CERNIR” esto es la “búsqueda del equilibrio”.
Los grandes genios en sus descubrimientos, la experiencia es la del rayo de sol en medio de la oscuridad. No hay sorpresa sino luz- conocimiento interior.

Lo que se busca en el vivir en discernimiento es vivir adentrados en el “conocimiento interior”.
Muchos pensarán que esto es difícil, que se tiene que estar muy avanzado o en ser súper espiritual. Error craso. Es lo más sencillo, simplemente dejar repasar las ideas, discernir y dejar que aflore el conocimiento interno.

Rvdo. P. José Antonio Esquivel s.j.